“Les anunciamos, pues, lo que hemos visto y oído, para que ustedes estén unidos
con nosotros,como nosotros estamos unidos con Dios el Padre y con su Hijo Jesucristo”. 1 Juan 1:3.
El apóstol le escribe a los hermanos, casi de manera desesperada sobre lo que ya desde el principio conocía pues ya lo había oído, visto con los ojos, tocado con las propias manos. Esa vida eterna la cual anunciaba una vez mas, Jesús, la luz verdadera cuya sangre les limpia de todo pecado.
Él conoció esa luz, por lo tanto, compartía y daba testimonio de ella anunciando a otros su manifestación.
Tu y yo hemos oído, hemos visto, hemos contemplado, hemos palpado esta salvación. Conocemos de esa luz verdadera, pues vivimos en ella, y practicamos su verdad esperando en fe lo que ha sido prometido: la vida eterna. ¿Has visto milagros? ¡Compártelos! ¿Has oído testimonios de sanidad? ¡Compártelos! ¿Has visto el amor de Dios en tu vida? ¡Compártelo! ¿Has recibido en tus propias manos las bendiciones de Dios? ¡Compártelas! Comienza con los de casa, tus hijos e hijas necesitan conocer este mensaje.
Pero, ¿qué has oído? ¿qué has visto? Reflexiona en esto. Quizá has estado compartiendo muchos mensajes; pero te has olvidado de compartir el verdadero mensaje de vida: El mensaje de salvación.
Devocional por:
Mónica Liliana Pérez
IAFCJ #1 Tijuana
